lunes, 3 de marzo de 2014

Labrar y Guardar

Labrar y Guardar.

 

Génesis 2:8

Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.


Imagine por un momento a Dios literalmente como un gran sombrero de campesino, una camisa con los primeros botones desabrochados, las mangas remangadas, unos guantes es sus manos e inclinado, rodillas en tierra cultivando con sumo cuidado y emoción la tierra para hacer  un hermoso huerto, provisto de los mejores árboles frutales, los mejores plantíos de legumbres, hortalizas y especias; pasto excelente para los mejores ejemplares de bestias y animales para el trabajo y la comida; todo esto además acompañado por un sistema de riego como vapor que surgiría de la misma tierra en compañía del cielo más despejado y el sol más brillante como no podríamos imaginarlo en este tiempo; rodeado de ríos llenos de fuerza, vida y oro entre otros materiales por descubrir.  Y todo esto solo para colocar al hombre, su máxima creación a su imagen y semejanza para que fuese feliz, viviera en una increíble relación con su creador, pero también con el propósito de que labrara y guardase todo lo que Dios había creado y cultivado para él y sus generaciones.

CULTIVAR
Dios en un principio, cultivo para el hombre todo lo que este necesitaría para su sustento y crecimiento. Colocando en la tierra recursos sobreabundantes, los cuales el hombre tendría que aprovechar para su prosperidad.
Dios  ha cultivado en ti tres cosas, que vienen a representar la fuente de bendición que necesitas aprovechar para alcanzar tu prosperidad y crecimiento.

·         CULTIVO EN TI UN TALENTO
Toda persona tiene un talento, que por cierto no lo escogió nadie por ti, ni siquiera tu mismo, nació contigo; Dios lo cultivo en tu interior, de ese talento, de esa capacidad especial que tienes para hacer algo proviene tu bendición primaria, es tu mayor capital, tu mejor recurso. Aun así, mucha gente viven sus vidas sin aprovechar al máximo su talento, más aun, lo desconocen, o lo desestiman, perdiendo sus energías en copiar las habilidades de otros o esforzándose en aquello para lo cual muy probablemente nunca lleguen a ser los mejores, y es entonces cuando viene la frustración y la improductividad.        
      
      CULTIVO SU PALABRA
Dios ha plantado su palabra en tu corazón, para que a través de sus principios puedas guiarte hacia el plan exitoso que el Señor tiene para ti; mucha gente al desconocer los principios de Dios tienen que guiarse de sus propios instintos, suerte, inteligencia, asesorías, o su propio criterio; y es entonces cuando el hombre más falla, puesto que las emociones y el conocimiento son vulnerables, cambiantes e inconsistentes. 
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      CULTIVO A JESÚS
Muchas personas pueden sentir respeto por la biblia, incluso pueden poner por practica sus principios y ver resultados, pero hay algo mas allá: Jesús, el autor y consumador de la fe; al tener a Jesús en tu corazón cuentas con la fe para llevar mas allá de tus limites ese talento dado por Dios; tomando la autoridad y el poder que hay en su sangre, la cual fue derramada para quebrantar la maldición de la escases y el despropósito.   


LABRAR (HEB. AVAD) TRABAJAR O SERVIR.


Génesis 02:15

Reina-Valera 1960 (RVR1960)
15  Tomo, Pues, Jehová Dios al hombre, y lo Puso en el huerto de Edén, para Que lo labrara y lo guardase.

El plan original de Dios figura claramente la responsabilidad del hombre al ser puesto no solo para disfrutar de todo aquello que Dios coloco en el huerto, sino que precisamente para disfrutarlo tendría primero que trabajar o servir en el mismo para obtener el fruto, tal cual lo ejemplifica aquella famosa historia del padre sabio que en vez de darle siempre el pescado al hijo, le enseña a pescar. En el nuevo testamento el apóstol señala de manera contundente este principio: 2 Tesalonicenses 3:10: Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.
Es decir, que la verdadera prosperidad viene a causa del trabajo, el cual Dios bendice y multiplica según sus eternas promesas. La idea entonces de que Dios bendecirá a alguien por el simple hecho de creer, ser devoto, o incluso ofrendar (claro está que no se puede ofrendar o diezmar si primero no se trabaja) será la panacea para recibir la bendición y vivir de manera prospera es contraria a la palabra.
Toda promesa que este en contraposición a este principio es errática. Como de hecho algunas sectas o iglesias insanas ofertan la bendición y prosperidad a cambio de rituales, declaraciones, amuletos o meditaciones. También podemos tomar el ejemplo de regímenes políticos hacia el socialismo o comunismo que se presentan como el estado paternalista y proveedor  a cambio de lealtad y no de trabajo o merito; ofrecen sustento y protección a sus ciudadanos; y al no poder cumplir se excusan en la prosperidad de otros pueblos y los señalan como acaparadores de todo aquello que ellos les falta.

GUARDAR  (HEB. SHAMAR) CERCAR

La tarea de guardar también es contemplada en esta instrucción de parte de Dios. La instrucción de guardar el huerto por lo menos está relacionada con tres aspectos importantes y que para nosotros hoy también tienen un sentido espiritual.
En primer lugar; guardar en su significado o sentido más primitivo es: Cercar. Lo que naturalmente habla de una delimitación de espacio que debe ser resguardado o protegido, ¿de quién o de qué? Sería la pregunta, si bien estaríamos refiriéndonos al huerto de Dios en la tierra, en un mundo aun sin pecado.
La idea misma en el hebreo antiguo sugiere que tanto Adán como Eva en su responsabilidad de guardar el huerto se refería a vigilar y estar atentos. Cosa que por cierto no hicieron de manera eficiente, al permitir que Satanás entrara al hurto y los engañara como ya lo sabemos. De igual manera nosotros hoy debemos guardar o vigilar nuestro fruto o provisión, en un aspecto netamente material usamos para tal fin los bancos, cajas fuertes, cerraduras y oficinas con acceso restringido, además de la discreción para no alentar a los ladrones.
Pero en el aspecto espiritual debemos protegernos del engaño de Satanás, quien tiene el propósito de robarnos a través del engaño; el engaña en primer lugar haciendo sentir al hombre incapaz, desdichado y resentido, también trabaja en que no conozcas ni desarrolles tu talento, pero aun cuando sabes que tienes el talento, quiere pausarte y es cuando se presenta el “luego” “ahora no” “no es el momento” “no tengo tiempo” etc.

En segundo lugar; guardar sugiere la intención o el cuidado de preservar los alimentos para el invierno, imagina por un momento no hacerlo, esto sin duda significaría la muerte por falta de sustento. Para nosotros hoy, es a lo que llamamos: Ahorro; como se diría coloquialmente guardar para cuando vengan las vacas flacas. La prosperidad involucra el ahorro (Proverbios 13:11 NVI) un ahorro que te permitirá invertir y crecer financieramente, es una insensatez y falta de mayordomía pensar que Dios nos bendecirá y traerá la provisión para que simplemente la gastemos. De esta manera no alcanzaremos el nivel de prosperidad que Dios desea para nosotros.

En tercer lugar, el sentido de guardar en el texto contempla el hecho de guardar el mandamiento; en el mandamiento original de no tocar el árbol del bien y del mal, estaría el secreto para que dicha prosperidad y abundancia que disfrutarían Adán y Eva fuese de manera permanente y no solo cuestión de un momento. Para nosotros hoy guardar el mandamiento representa honrar y obedecer a Dios con nuestras primicias, ofrendas y diezmos, las cuales están descritas en la palabra como mandamientos. Ofrendar es la garantía de una bendición continua y creciente, Dios bendecirá tu trabajo y la provisión será constante, es como si se completara un circulo, que comienza con Dios al colocar en ti un talento, luego ese talento al trabajarlo lo aprovechas y te genera el recurso, y una vez con ese recurso vuelves a Dios cumpliendo su mandamiento de honrarle con tus primicias, ofrendas y diezmos.