Labrar y Guardar.
Génesis
2:8
Reina-Valera
1960 (RVR1960)
8 Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al
hombre que había formado.
Imagine por un momento a Dios literalmente como un gran
sombrero de campesino, una camisa con los primeros botones desabrochados, las
mangas remangadas, unos guantes es sus manos e inclinado, rodillas en tierra
cultivando con sumo cuidado y emoción la tierra para hacer un hermoso huerto, provisto de los mejores
árboles frutales, los mejores plantíos de legumbres, hortalizas y especias;
pasto excelente para los mejores ejemplares de bestias y animales para el
trabajo y la comida; todo esto además acompañado por un sistema de riego como
vapor que surgiría de la misma tierra en compañía del cielo más despejado y el
sol más brillante como no podríamos imaginarlo en este tiempo; rodeado de ríos
llenos de fuerza, vida y oro entre otros materiales por descubrir. Y todo esto solo para colocar al hombre, su
máxima creación a su imagen y semejanza para que fuese feliz, viviera en una
increíble relación con su creador, pero también con el propósito de que labrara
y guardase todo lo que Dios había creado y cultivado para él y sus
generaciones.
CULTIVAR
Dios en un principio, cultivo para el hombre todo lo que
este necesitaría para su sustento y crecimiento. Colocando en la tierra recursos
sobreabundantes, los cuales el hombre tendría que aprovechar para su
prosperidad.
Dios ha cultivado en
ti tres cosas, que vienen a representar la fuente de bendición que necesitas
aprovechar para alcanzar tu prosperidad y crecimiento.
·
CULTIVO
EN TI UN TALENTO
Toda persona tiene un talento, que por cierto no lo escogió
nadie por ti, ni siquiera tu mismo, nació contigo; Dios lo cultivo en tu
interior, de ese talento, de esa capacidad especial que tienes para hacer algo
proviene tu bendición primaria, es tu mayor capital, tu mejor recurso. Aun así,
mucha gente viven sus vidas sin aprovechar al máximo su talento, más aun, lo
desconocen, o lo desestiman, perdiendo sus energías en copiar las habilidades
de otros o esforzándose en aquello para lo cual muy probablemente nunca lleguen
a ser los mejores, y es entonces cuando viene la frustración y la improductividad.
CULTIVO
SU PALABRA
Dios ha plantado su palabra en tu corazón, para que a través
de sus principios puedas guiarte hacia el plan exitoso que el Señor tiene para
ti; mucha gente al desconocer los principios de Dios tienen que guiarse de sus
propios instintos, suerte, inteligencia, asesorías, o su propio criterio; y es
entonces cuando el hombre más falla, puesto que las emociones y el conocimiento
son vulnerables, cambiantes e inconsistentes.
·
CULTIVO A JESÚS
Muchas personas pueden sentir respeto por la biblia, incluso
pueden poner por practica sus principios y ver resultados, pero hay algo mas
allá: Jesús, el autor y consumador de la fe; al tener a Jesús en tu corazón
cuentas con la fe para llevar mas allá de tus limites ese talento dado por
Dios; tomando la autoridad y el poder que hay en su sangre, la cual fue
derramada para quebrantar la maldición de la escases y el despropósito.
LABRAR (HEB.
AVAD) TRABAJAR O SERVIR.
Génesis 02:15
Reina-Valera
1960 (RVR1960)
15 Tomo, Pues, Jehová Dios al
hombre, y lo Puso en el huerto de Edén, para Que lo labrara y lo guardase.
El plan original de
Dios figura claramente la responsabilidad del hombre al ser puesto no solo para
disfrutar de todo aquello que Dios coloco en el huerto, sino que precisamente
para disfrutarlo tendría primero que trabajar o servir en el mismo para obtener
el fruto, tal cual lo ejemplifica aquella famosa historia del padre sabio que
en vez de darle siempre el pescado al hijo, le enseña a pescar. En el nuevo
testamento el apóstol señala de manera contundente este principio: 2
Tesalonicenses 3:10: Porque también cuando estábamos con
vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.
Es decir, que la
verdadera prosperidad viene a causa del trabajo, el cual Dios bendice y
multiplica según sus eternas promesas. La idea entonces de que Dios bendecirá a
alguien por el simple hecho de creer, ser devoto, o incluso ofrendar (claro
está que no se puede ofrendar o diezmar si primero no se trabaja) será la
panacea para recibir la bendición y vivir de manera prospera es contraria a la
palabra.
Toda promesa que este
en contraposición a este principio es errática. Como de hecho algunas sectas o
iglesias insanas ofertan la bendición y prosperidad a cambio de rituales,
declaraciones, amuletos o meditaciones. También podemos tomar el ejemplo de
regímenes políticos hacia el socialismo o comunismo que se presentan como el
estado paternalista y proveedor a cambio
de lealtad y no de trabajo o merito; ofrecen sustento y protección a sus
ciudadanos; y al no poder cumplir se excusan en la prosperidad de otros
pueblos y los señalan como acaparadores de todo aquello que ellos les falta.
GUARDAR (HEB. SHAMAR) CERCAR
La tarea de guardar
también es contemplada en esta instrucción de parte de Dios. La instrucción de
guardar el huerto por lo menos está relacionada con tres aspectos importantes y
que para nosotros hoy también tienen un sentido espiritual.
En primer lugar; guardar en su significado o sentido más primitivo es: Cercar. Lo que
naturalmente habla de una delimitación de espacio que debe ser resguardado o
protegido, ¿de quién o de qué? Sería la pregunta, si bien estaríamos
refiriéndonos al huerto de Dios en la tierra, en un mundo aun sin pecado.
La idea misma en el
hebreo antiguo sugiere que tanto Adán como Eva en su responsabilidad de guardar
el huerto se refería a vigilar y estar atentos. Cosa que por cierto no hicieron
de manera eficiente, al permitir que Satanás entrara al hurto y los engañara
como ya lo sabemos. De igual manera nosotros hoy debemos guardar o vigilar
nuestro fruto o provisión, en un aspecto netamente material usamos para tal fin
los bancos, cajas fuertes, cerraduras y oficinas con acceso restringido, además
de la discreción para no alentar a los ladrones.
Pero en el aspecto
espiritual debemos protegernos del engaño de Satanás, quien tiene el propósito
de robarnos a través del engaño; el engaña en primer lugar haciendo sentir al
hombre incapaz, desdichado y resentido, también trabaja en que no conozcas ni
desarrolles tu talento, pero aun cuando sabes que tienes el talento, quiere
pausarte y es cuando se presenta el “luego” “ahora no” “no es el momento” “no
tengo tiempo” etc.
En segundo lugar; guardar sugiere la intención o el cuidado de
preservar los alimentos para el invierno, imagina por un momento no hacerlo,
esto sin duda significaría la muerte por falta de sustento. Para nosotros hoy,
es a lo que llamamos: Ahorro; como se diría coloquialmente guardar para cuando
vengan las vacas flacas. La prosperidad involucra el ahorro (Proverbios 13:11
NVI) un ahorro que te permitirá invertir y crecer financieramente, es una
insensatez y falta de mayordomía pensar que Dios nos bendecirá y traerá la
provisión para que simplemente la gastemos. De esta manera no alcanzaremos el
nivel de prosperidad que Dios desea para nosotros.
En tercer lugar, el sentido de guardar en el texto contempla el
hecho de guardar el mandamiento; en el mandamiento original de no tocar el
árbol del bien y del mal, estaría el secreto para que dicha prosperidad y
abundancia que disfrutarían Adán y Eva fuese de manera permanente y no solo
cuestión de un momento. Para nosotros hoy guardar el mandamiento representa
honrar y obedecer a Dios con nuestras primicias, ofrendas y diezmos, las cuales
están descritas en la palabra como mandamientos. Ofrendar es la garantía de una
bendición continua y creciente, Dios bendecirá tu trabajo y la provisión será
constante, es como si se completara un circulo, que comienza con Dios al
colocar en ti un talento, luego ese talento al trabajarlo lo aprovechas y te
genera el recurso, y una vez con ese recurso vuelves a Dios cumpliendo su
mandamiento de honrarle con tus primicias, ofrendas y diezmos.